He sido testigo de excepción del comportamiento del Maestro, en su habilidad para zanjar los innumerables casos turbios y difíciles, que se le presentaron en aquellos primeros años de la fundación, fundación escabrosa que logró afirmarse gracias a la sagacidad y entereza del pintor Hernández.
José Sabogal
Publicado en:
CULTURA
Revista de la Dirección de Cultura, Arqueología e Historia
1956
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